Cuidar nuestros huesos y articulaciones a temprana edad es indispensable para evitar a futuro la aparición de enfermedades reumáticas, como la artritis, artrosis y osteoporosis. Los expertos de la salud recomiendan combinar una dieta saludable, enfocada en el consumo de productos que contengan calcio y vitaminas, y hacer ejercicio a diario. Durante el período de emergencia sanitaria, nuestra movilidad se vio reducida y si nos descuidamos, esto podría tener un grave impacto en nuestra salud a largo plazo, provocando un desgaste más rápido de nuestros huesos, debido a la falta de una alimentación adecuada o del sedentarismo.
La niñez y adolescencia son las etapas más cruciales para desarrollar un sistema óseo fuerte y saludable. Muchos nutricionistas recomiendan que los niños en edad escolar consuman entre 2 y 4 raciones de calcio al día, equivalentes a un vaso de leche, dos yogures o dos rebanadas grandes de queso. Por otra parte, en la adolescencia, los expertos sugieren hacer hincapié en el ejercicio, debido a que en esta etapa se obtiene más del 50% de la masa ósea total y se termina de formar hasta los 30 años. Pero, ¿cómo debemos cuidar nuestras articulaciones y huesos cuando somos adultos?
A partir de los 30 años, el deterioro de la masa ósea es continúo e inevitable. Por esta razón, es vital desarrollar varios hábitos de vida saludables, entre los que destaca llevar una alimentación rica en nutrientes. Según cifras de la OMS, más de 200 millones de personas sufren osteoporosis en el mundo, de las cuales el 80% son mujeres. Actualmente, existen muchos nutrientes que favorecen la protección de nuestros huesos, el metabolismo óseo y ayudan a prevenir enfermedades como la osteoporosis.
Por ejemplo, el calcio y la vitamina D son la combinación perfecta para ayudar a nuestro sistema óseo. Sin la vitamina D, es imposible que nuestro organismo asimile bien el calcio y forme nueva masa ósea. La vitamina D se encuentra en pescados, como el salmón y el atún, en la yema del huevo, el queso y, principalmente, podemos obtenerla de la exposición al sol.
Además, los nutricionistas recomiendan el consumo de legumbres, como los garbanzos y las lentejas, porque son ricas en hierro, calcio y magnesio, nutrientes esenciales para mantener fuertes nuestros huesos. Otro producto beneficioso para nuestra salud ósea son los frutos rojos como las moras y las frambuesas, debido a que son antioxidantes que aportan una gran cantidad de vitaminas y minerales que ayudan a la salud cardiovascular y reducen el riesgo de padecer enfermedades, como la arteriosclerosis.
También podemos ayudarnos de complementos alimenticios para fortalecer nuestros alimentos y articulaciones, como el colágeno. Esta proteína forma parte del tejido conectivo del cuerpo y es una de las bases de la masa muscular. La ingesta de colágeno cuando empieza a desgastarse nuestro sistema óseo, nos permite mantener nuestros huesos saludables y en buen estado, evitando el riesgo de roturas o desgaste prematuro. Es importante que el producto sea hidrolizado y microencapsulado para que el organismo pueda absorverlo de manera eficiente.
Para asegurar una correcta absorción de colágeno, debemos acompañar su consumo con la ingesta de vitamina C, presente en alimentos como la uvilla, una de las frutas que más contiene esta vitamina y un poderoso antioxidante efectivo en la protección de las articulaciones. En este proceso es importante la práctica deportiva de bajo impacto, como las caminatas y la natación.
A cierta edad, nuestros huesos comienzan a desgastarse y debemos cuidarnos para evitar que este desgaste natural se vuelva un malestar o desencadene una enfermedad reumática severa. Una alimentación saludable y rica en calcio y vitaminas, acompañada de una adecuada práctica deportiva, nos permitirá sobrellevar de mejor manera esta condición. Además, los complementos alimenticios pueden ser un aliado clave para ayudarnos a fortalecer nuestros huesos y articulaciones.
